En la Sala de Espera
¡Ay! Como duele esperar y también cuesta. Creo que la mayoría de nosotros no tenemos la hermosa cualidad de esperar pacientemente, por lo general nos desesperamos al no ver una respuesta rápida, nos frustramos y hasta nos enojamos.
Pero
¿Qué pasa cuando a Dios se le ocurre la idea de mantenernos en la Sala de
Espera?
Estar
en la Sala de Espera de Dios es difícil en el sentido que a ninguno de nosotros
nos gusta esperar tanto por algo que queremos recibir.
A
través de la Biblia noto personajes que Dios mismo los puso en la Sala de
Espera antes de cumplir su plan perfecto en sus vidas.
Abraham
llamado amigo de Dios espero 25 años para que la promesa de un hijo con su
esposa Sara se cumpliera. ¿Te imaginas esperar 25 años por una promesa que
salió de la propia boca de Dios?, pues si, Dios mismo se lo prometido y no
tardo, simplemente cumplió su promesa en el tiempo que Él ya tenía destinado.
Moisés,
conocido ahora como el hombre más manso que ha existido, fue puesto por Dios en
la Sala de Espera 40 años en el desierto pastoreando ovejas antes de utilizarlo
como libertador de su pueblo.
David,
el hombre conforme al corazón de Dios, fue ungido como próximo rey de Israel,
elegido especialmente por Dios para ese puesto, sin embargo pasaron muchos años
para que David viera cumplida esa promesa, Dios lo puso en la Sala de Espera,
mientras tanto David se forjo como ese hombre, guerrero y salmista de Dios,
sufrió persecuciones, desprecios y muchos momentos de desiertos y anonimatos,
pero a pesar de todo ello, Dios cumplió su promesa.
Estos
tres hombre tienen algo en común, los tres estuvieron en la Sala de Espera de
Dios, pero al cumplirse los propósitos de Dios en sus vidas llegaron a ser
hombres usados por Dios de una manera maravillosa a tal punto que son parte de
la historia universal.
Lo
que quiero decir con esto es que cuando Dios te pone en la Sala de Espera no es
para fastidiarte, no es para desesperarte, ni para arruinarte la vida, cuando
Dios decide ponerte en la Sala de Espera es porque antes de cumplir su promesa
en tu vida quiere forjar tu carácter y tu fe, quiere que comprendas que
dependes de Él, quiere que comprendas que por muy buenas capacidades que
tengas, todo es en vano si no está Él detrás de todo.
Quizá
mientras estamos en la Sala de Espera seremos enviados al desierto, en donde
nos enfrentaremos con la soledad y el calor asfixiante de ese lugar, sin
embargo allí en el desierto tendremos encuentros maravillosos con Dios, en
donde nos hablará al corazón.
Oseas 2:14
Reina-Valera 1960 (RVR1960)14 Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón.
Quizá
mientras estemos en la Sala de Espera de Dios pasaremos momentos de anonimato,
en donde nadie se fijara en nosotros, en donde seremos despreciados, en donde
nadie creerá en lo que somos capaces de hacer y en donde pareciera que las
puertas se cierran una tras otra, pero a pesar de ello Dios cumplirá su
propósito en nosotros, no por lo que veamos, sino por lo que Él ya
prometido.
Salmos 138:8
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
8 Jehová cumplirá su propósito en mí; Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares la obra de tus manos.
Pueda
que hoy en día te sientas que estas en la Sala de Espera de Dios, en donde
estas a punto de desesperarte, a punto de tomar decisiones precipitadas, pero
hoy quiero decirte una sola cosa:
No
importando el tiempo que pases en la Sala de Espera, no te desesperes, no tires
por la borda lo que tanto sacrificio te ha costado, mantente firme, no te
desanimes por lo que ves, que lo que pase a tu alrededor no te haga creer que
Dios no responderá o que no cumplirá, porque la respuesta de Dios no está
sujeta a las circunstancias que te rodean o que se te presenten, sino a la
PROMESA QUE ÉL UN DÍA TE DIO.
Quizá
estés en la Sala de Espera, pero eso significa que tienes una respuesta
asegurada, porque jamás esperarás en Dios sin recibir una respuesta, aunque
ésta llegue en el tiempo que llegue, Dios responderá, Él cumplirá, porque no es
hombre para mentir, ni hijo de hombre para arrepentirse.
¡Dios responderá,
no te canses de esperar!
Comentarios
Publicar un comentario
Deja un Comentario porfavor...